Este blog se basa en mis experiencias, mis vivencias, mis amigos, todo lo que ha pasado por mi en estos últimos 50 años de música y magia. Para mí la música es mágia y viceversa. El Puerto de Santa María y su entorno.

sábado, 25 de diciembre de 2010

TIEMPOS DIFICILES

A finales de los 50 y principio de los 60 del siglo pasado, se comenzaba a formar aquellos conjuntos musicales en pueblos y ciudades de España, todos queriamos pertenecer a alguno, comenzábamos con guitarras normales que se conseguian comprar por unas 800 pts. aproximadamente, aún así, era un coste muy elevado para los jóvenes estudiantes de la época, el que tenia una, se podia considerar privilegiado. Para que sonara lo más parecido a una eléctrica, se le cambiaban las cuerdas de nilón por unas metálicas, algunas veces si se conseguía un micrófo de carbón, se introducía dentro y se conectaba en el fono de algún aparato de radio, de esa forma se amplificaba un poco el sonido, pero no lo suficiente, aquello solo se parecía un poco a una de esas guitarras que escuchábamos en la radio.

Ya estaban los componentes, lo mas dificil era conseguir esos instrumentos que tanto costaban, bateria, bajo, guitarras eléctricas, amplificadores, micrófonos, todo esto era necesario pero imposible, había que reunir dinero sacrificando domingos y festivos sin salir de casa guardando el poco dinero que nos daban nuestros padres, la única ventaja era que nos llevabámos ensayando todo el día con una batería hecha con cajas de cartón y dos palitos de madera.

Un día leí en el periódico un anuncio que ponia; "GUILLERMO LLUQUET, instrumentos musicales, se le mandará catalogo gratis", escribí y en tres dias recibí aquel catálogo, era un maravilla, toda clase de guitarras desde la mas barata hasta las mas caras de importación, baterias, púas, cuertdas etc. y además decía que se podia pagar en comodos plazos, se acababa de invertar la letra de cambio, pero para nosotros era inviable, por ser menores de edad, tenian que figurar nuestros padres, cosa que ellos no aceptarían nunca, así que lo mejor era que ni se lo comentáramos.

Con lo que teníamos ahorrado y algo que nos prestaron, solo pudimos comprar un amplificador de 6 watios con dos entradas, un micrófono malo, una caja de batería y un plato, todo por 8.000,- pesetas, una cantidad bastante elevada, hay que tener en cuenta que eso es lo que mas o menos costaba un televisor en blanco y negro que no todo el mundo podía tener. Teniamos que esperar un par de semanas por lo menos para recibir el pedido, pues venia por tren desde Valencia.

Lo que podiamos hacer, era aprobechar aquellos mediocres instrumentos sacándoles el máximo partido, así que nos pusimos a buscar trabajo, bautizos y fiestas particulares en las azoteas de las casas, nos pasábamos la noche cantando canciones del Duo Dinámico, Elvis y otros artistas de moda, la gente bailaban y todo. Por cada bautizo se cobraban unas 120 pesetas y claro, no habia bautizos todos los dias, si acaso con mucha suerte, uno al més.

Mientras que se me caia la baba escuchando a conjuntos y orquestas de Cádiz y Sevilla que venian a tocar por las fiestas en El Puerto, la moral se iba bajando poco a poco ante la imposibilidad de conseguir esos instrumentos.

Para hacernos una idea, una guitarra Fender Telecaster costaba unas 50.000 pesetas, una bateria Premiere, unas 60.000, lo mismo que un Seat 600. Era toda una odisea, sobre todo si no tenias a nadie que te financiara. Menos mal que un día apareció un señor llamado Miguel Lobato, dispuesto a ayudarnos confiando en nosotros, haciendonos una  factible proposición, nos financiaria los instrumentos sin intereses si le pagamos el 50% de cada actuación, el 10% por gastos de representación y el 40% para pagar los aparatos hasta saldar la deuda, de sesa forma pudimos hacer realidad nuestros sueños, podiamos ganar algo de dinero y renovar los aparatos que estaba en constante evolución en esos tiempos difícliles.

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