Silent Night ó Noche de paz, versión muy personal de Alberto a piano solo
Noche de paz, el villancico más conocido en el mundo entero por estas fiestas. Sin embargo, el mundo nunca hubiese conocido y escuchado esta música tan amada de no haber sido por una crisis que se presentó en el último momento en una iglesia de la pequeña villa de Oberndorf, Austria. Era el año 1818.
La víspera de Navidad, el pastor de la Iglesia se dió cuenta que el órgano estaba estropeado y no podia hacer nada para repararlo, demasiado tarde para llamar al mecánico para arreglar los fuelles y demás accesorios, así que se encontraba en un verdadero dilema, una Navidad sin música no sería conveniente.
Joseph Mohr se dió cuenta que la única música para aquella noche sería acompaña por la guitarra. Sabía también que los tradicionales villancicos de Navidad no sonarían bien con ese instrumento; así pues decidió producir algo nuevo.
Pensando en el modesto nacimiento de Jesús muchos años en el pasado, Mohr comenzó a escribir “Noche de Paz.” Usando simples frases contó la historia del nacimiento de Cristo en seis cortas estrofas.
Para la música, Mohr fué a visitar a su amigo Franz Gruber quien era un compositor más capacitado que él. Gruber era un maestro en Arnsdorf, un pueblo que estába próximo. Mohr se dirigió a Gruber y le visitó en su modesto hogar junto a su numerosa familia en los altos de la escuela donde Mohr explicó su dilema.
Entregándole las seis estrofas, Mohr le preguntó a su amigo Gruber si podía componer música para ser acompañado por guitarra justo a tiempo para la misa de media noche. Los historiadores dicen que Gruber fué sorprendido por la inocencia y belleza de las palabras de Mohr. Rápidamente comenzó a trabajar en la composición musical.
Con apenas tiempo para un ensayo, los dos acordaron que Mohr tocaría su guitarra y cantaría el tenor mientras que Gruber cantaría el bajo. El coro de la iglesia se uniría en el estribillo. Según se acercaba la media noche, los feligreses llenaban la Iglesia de San Nicolás esperando escuchar al organista tocar música de Navidad. Pero no fué así y el edificio de la iglesia se encontraba silente. Mohr explicó que el organo de la iglesia estába roto pero que la misa de media noche incluiría una nueva música preparada especialmente para la congregación. Entonces con Mohr aporreando la guitarra, dos voces cantában y se les unía el coro en una harmonia de cuatro partes.
Mohr continuó con la celebración de la misa nocturna. Sin su organo los asistentes experimentaron un memorable y único servicio en aquella víspera de Navidad.
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